Una lección por la que tenemos que pasar todos los seres humanos, es que el costo de adquirir el equipamiento de nuestro hogar es tan elevado, que va a obligarnos necesariamente a recurrir al uso del crédito comercial, con el cual pagando cómodas cuotas, podemos adquirir costosos equipos electrodomésticos, computadoras, materiales para construir la casa, etc, que de no ser por ese instrumento financiero, jamás los cálculos de tu presupuesto familiar te permitirían pensar en poderlos comprar. Todos recordamos lo que alguna vez eso significó: primero, una gratísima noticia, que luego se convierte en una gran alegría familiar que invita a abrazos fraternales y festejos. Cuando encomiendas a Dios tus asuntos, no olvides dejar en sus amorosas manos lo relativo al crédito para adquisición de tu vivienda, o para cualquier otro uso. Muchos sienten desesperanza de que le aprueben un crédito, y hasta es posible que alguien que está leyendo esto ahora está viviendo ese trance angustioso. Pero, Dios bendice a sus hijos, y todas esas oraciones donde le piden su auxilio para obtener un crédito,o una beca, o un préstamo para resolver urgencias familiares, no quedarán sin su respuesta. ¡Confía en Dios!, y Él hará el resto.
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