¡Gracias por la amistad!.

La humanidad sabiamente ha destinado este día, como conmemorativo de la amistad y del amor. Sin lugar a dudas, una excelente iniciativa, y quizás está entre los días de festividad comercial, que tiene mayor trascendencia (junto a Semana Santa y Navidad). Lamentablemente, lo menciono como festividad comercial, porque en realidad en eso se han convertido todos esos días marcados como conmemorativos. Pero, lo realmente valioso es que la humanidad reconozca que la amistad y el amor, como valores humanos, tienen tan trascendental importancia en la vida humana, que requieren y merecen un día conmemorativo. Esa importancia se aprecia, cuando la humanidad por fin asimiló que la verdadera amistad para florecer requiere del rechazo a cualquier tipo de discriminación (tan ferozmente excluyente en épocas pretéritas no tan añejas), en cualquiera de sus reprochables manifestaciones: bien sea racial, religiosa, ideológica, etc, porque la amistad tampoco sabe de distanciamientos geográficos o de diferencias por jerarquías laborales; todos esos paradigmas de distanciamiento humano, son rechazados en la actualidad, cuando tanto humanismo como cristianismo han adquirido tanta fuerza desde el punto de vista de valor social formador del ser humano.

Y, hace ahora su aparición un argumento muy trillado: es que "día de la amistad y del amor, deberían ser todos los días del año", y sabes ¿por qué?, ¡ah!, es porque si tanto el amor y la amistad, tienen su raíz en la Personalidad de Dios, y todos los Atributos de Dios son Inmutables y Permanentes, tal deberían ser los atributos de toda amistad. Es que tenemos necesidad de amor y amistad, todos los días, y todo el día, ya que amor y amistad, son como aire y agua, para vivir, son ¡I-N-D-I-S-P-E-N-S-A-B-L-E-S!. Es que haciendo juegos reflexivos, piensa: ¿cómo fuera si el Amor de Dios no fuera INMUTABLE?, sencillamente, no hubiera dado su vida por la humanidad, porque hubiera cedido ante la reflexiva realidad de que no somos merecedores de tan Santísimo Sacrificio, pero, que este matutino te genere la necesidad de manifestar tu gratitud a Dios, por su Inmutable y Permanente Amor, que al manifestarse plenamente en la Sangre de Jesucristo derramada en la Cruz del calvario, te permite la opción personal de la Vida Eterna, al aceptarlo como Único y Suficiente Salvador Personal. Dedica un día como hoy, a agradecer la amistad que te ofrecen tus familiares, vecinos y compañeros bien sea de trabajo o de estudio, dándoles ¡gracias por la amistad!, con la cual nos honran y que enriquecen de regocijo nuestras vidas. Y, particularmente a Tí, Amado Señor Jesucristo: ¡Gracias por tu amistad!.