martes, 15 de febrero de 2011

Amistad vs chisme.

chismes.jpg__www.matutinosespirituales.blogspot.com
Los amigos se abrazan y se apoyan, emocional y financieramente; los enemigos, se golpean y se causan mútuos daños, físicos y emocionales. El peor enemigo de una amistad es el chisme; y el peor golpe a un amigo, es tolerar chismes sobre su persona. Hay personas chismosas empedernidas, y hay otras que son sólo complacientes con los chismosos, pero ambos, hacen daño, porque para que prolifere el chisme hacen falta dos agentes: el que lleva los chismes y el que los escucha. La amistad no se puede expresar a medias: no puedes ser un amigo íntegro, si no tienes la capacidad suficiente y necesaria para enfrentar a una persona, y decirles sus errores y defectos. Se es amigo en las buenas, y más aún, y con mayor razón, en las malas, empero, el chismoso hace fiesta con las malas rachas de los demás. Mucha desarmonía se genera de la crítica, del chisme, de la burla, entonces, la amistad va a requerir de confianza, respeto, sinceridad, entre otros atributos, para que se pueda expresar con plena salud emocional. La desarmonía de las falsas amistades, aquellas afectadas por la enfermedad del chisme, generan distanciamientos incluso en las mismas iglesias, que deja de ver al hermano como alguien en quien confiar, para verlo como alguien que te puede quedar mal en alguna forma, en cualquier momento. Mi reflexión de hoy, es "rechazar enfáticamente el nocivo enemigo de la amistad cristiana, que es el chisme", el cual es una realidad, es decir, también existe entre cristianos, y el daño es quizás aún peor, porque logra separar a muchos líderes valiosos, que vienen realizando un gran trabajo. El chisme es un fuerte enemigo, peligroso, porque chismes.jpg__www.matutinosespirituales.blogspot.comopera secretamente y con tu propia confianza, ciega e ingenua. Es grave decir que por ser cristianos, es imposible la existencia de chismes, y lo grave radica en que al no reconocer el problema, no lo atacas, pero el si te ataca a tí, y cuando reflexionas de tu error, es quizás algo tarde, por los efectos desastrosos que originan los chismosos. Si amas la amistad, debes enfrentar al chismoso, que no significa odiarlo, sino encararlo sobre su mal proceder y de ser posible, emplazarlo públicamente para que escarmiente, o se aparte, lo cual sería mucho mejor. El dilema que planteo es: amistad vs. chisme, ¡tú escoges!, o apoyas la amistad, o apoyas al chisme, pero ENFÁTICAMENTE hablando, no puedes apoyar a ambos (al amigo y al chismoso), porque pasar a ser peor que el chismoso. Es cuestión de madurez cristiana, y personal.

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