¿Te habías percatado antes, de la belleza del cambio?. Observa: El día de hoy mejor que el de ayer. La comida de hoy mejor que la de ayer. La moda de hoy mejor que la de ayer. Los vehículos de hoy más confortables que los de ayer. Fíjate la maravilla del cambio: pasar de un inofensivo pichón a una imponente y majestuosa águila. Y, tu actitud ante la vida, ¿es hoy mejor que la de ayer?. Mi compromiso de vida personal es mejorar cada día, para mi beneficio y el de mi entorno. Dios muestra su belleza en el cambio diario y permanente de todas las cosas. Mi actitud favorable ante el cambio me permite vencer la rutina, y sus nocivos efectos. Muéstrate receptivo al cambio, y permite que Dios haga de ti, el diamante que estás llamado a ser.
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