Cuando tú cortas el sostén que se deriva de la lectura bíblica o de la oración, es sin exagerar, como cortar tú mismo la rama que te sostiene y que te evita caer al vacío, y si eso te suena como ilógico que alguien corte la rama que lo sostiene, pues comienza por pensar que esa actitud de abandono espiritual no sólo es negligente, es también irracional, insensata, ilógica, "debería ser impensable" pero lamentablemente ocurre. Los compromisos de la vida moderna, los problemas, la falta de apoyo en personas con conocimiento espiritual que te puedan orientar, la falsa creencia de la autosuficiencia personal, todo ello se combina para que cortes "la rama que te sostiene" al árbol de la vida que es Jesús. Quizás ese abandono no sea porque tú lo decidiste (tal como otros que deciden apartarse definitivamente), sino que gradualmente te vas dejando envolver por los asuntos de la vida, al cometer el error de no ponerlos en las manos de Dios. Tener una relación personal con Dios significa buscarlo. Es decir: no pienses que al decirle al Señor Jesucristo que lo aceptas como Salvador Personal, Él te va a quitar tu cerebro y va a implantar la Verdad de Dios, pues no, las cosas espirituales no funcionan así de robotizadas, porque el Señor Jesucristo respeta tu libre albedrío, y es tu decisión
personal no sólo aceptarlo, sino también buscarlo diariamente, lo cual le permitirá a Él, con tu permiso pedido en la oración, hacer en tí la obra de crecimiento espiritual que te haga apyo para la vida y obra cristiana.
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