Toda la creación de Dios: personas, cosas, animales, afectos (amor, cariño, ternura, etc), es perfecta y maravillosa, produciendo que cada día que me regala el Señor, me parezca tan espléndido, al estar rodeado de sus magníficas Maravillas, aún cuando la ceguera espiritual o el materialismo cotidiano no nos permita apreciarlo. Porque ves sus maravillas en todo: en la luz del alba, en el rocío, en el arco iris, en el cielo estrellado, en la sonrisa del hijo, en la esperanza del recién nacido, todas estas son maravillas de Dios que la cotidianidad o el materialismo parecen hacerte olvidar.
El propósito del matutino de hoy es recordarte tan maravillosas verdades. Alabemos a Dios por sus maravillas cotidianas, producto de una creación maravillosa de un Dios maravilloso.
Dios es maravilloso porque está presente en todo. Eso lo hace digno de toda alabanza. Y, por cierto es algo que un niño no lo va a entender solito, por eso requiere que tú lo guíes a esa maravillosa verdad. Si el niño aprende a valorar a Dios en las maravillas cotidianas, aprenderá que así es más fácil tenerlo presente, porque todas las maravillas de la vida son hechura de Dios, entonces, imagínate que tu hijito aprenda a aplicar tan bella verdad en su vida.
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