Lo verdaderamente importante.

Realmente que no entiendo. Conversaban una pareja de líderes cristianos sobre la grave situación conyugal que vive su hijo menor, con una seria amenaza de divorcio. En toda la lamentación que dijeron, nunca escuché nada ni siquiera parecido a la fe en la restauración que a esa relación matrimonial le puede dar una poderosa oración. ¿Qué pasa con la formación cristiana?. ¿Cuántas predicaciones o clases de escuela dominical hacen falta para que algo tan fundamental como creer en el poder de la oración, se convierta en una realidad de vida?. ¿Cómo una pareja, miembro de iglesia, no ve otra solución a su problema conyugal, que no sea el divorcio?. Por favor, qué pasa, ¿será que tendrá que reencarnar el apóstol Pablo para predicar el verdadero mensaje transformador del evangelio?, lo cual sabemos que es imposible porque la Biblia enseña que la reencarnación no existe. ¿No hay predicadores verdaderamente capaces de provocar la transformación espiritual de los propios miembros de una iglesia?. Con líderes espirituales de tan débiles convicciones, ¿Cómo pueden testificar del Poder de Dios a otras personas?. Hay mucho activismo religioso y poco crecimiento espiritual auténtico. Muchas competencias bíblicas pero poca competencia personal para resolver un problema con el auxilio de la oración: porque comportamientos como el expuesto al inicio del post, muestran que son incompetentes en la oración, ¿qué hacer entonces?. Es muy sencillo: lo verdaderamente importante, se está obviando, y hay que hacer revisiones y rectificaciones, a fondo. No importa si tu servicio dominical es amenizado por un famoso grupo musical o si se recita un verso de un famoso escritor cristiano, porque lo verdaderamente importante es que el mensaje espiritual produzca cambios auténticos en los feligreses, que permita ver su diferenciación con los inconversos. Lo verdaderamente importante es que seas un "verdadero cristiano", no importa si no cantas bien o si no eres Director de la Escuela Dominical, porque la espiritualidad no está en el rango. El verdadero cristiano vence sus obstáculos, dudas, temores, con la oración.