Prohibido.

Muchas veces he escuchado que la gente tiene temor a buscar a Dios, por lo que ellos llaman "ataduras religiosas". Creen que eso significa volverse personas aburridas, anticuadas. Y de plano les digo: nada más falso que eso. Jesucristo no es ataduras: Él desata tus amarras de la maldición del pecado. Jesucristo no es prohibiciones: Él lo único que te prohibe es la negatividad, y, ¿qué significa esto último?. Sencillamente, está prohibido en un cristiano renacido y que vive a plenitud su comunión con Jesucristo, el sentir tristeza, o desconsuelo, o sentise fracasado, o soledad, porque en Jesucristo encuentras paz, tranquilidad, seguridad, fortaleza, y todo ello redunda en alegría espiritual. ¿Quién dijo cristianos aburridos?, cuando hay tanto gozo en la alabanza cristiana. ¿Quién dijo cristianos abatidos o fracasados?, cuando la respuesta de Jesús a tus oraciones supera tus propias expectativas. Lo único prohibido en el camino del Señor, es la negatividad, y eso ocurre con tu permisividad, porque Jesucristo puede romper las ataduras de la negatividad y hacerte una persona nueva. La negatividad es un candado mental, que te cierra mentalmente a ver la belleza de la realidad espiritual que significa una vida con Jesucristo. Libérate de ese candado, dejando en la verdad de Jesucristo la llave que te abra tu mente a la verdad maravillosa de la Salvación y la vida bendecida en Jesucristo.