El matrimonio es una bendición de Dios para un hombre y una mujer que se aman. Se trata de un decisión muy seria, muy trascendental en tu vida, que no debes tomar a la ligera. Porque sucede que no sólo te comprometes con tu cónyuge, y con la sociedad, sino más importante aún, estás adquiriendo un compromiso formal ante Dios, que por si no lo habías meditado deberás luego rendirle cuentas a Él sobre tu administración del afecto conyugal y del ejercicio de autoridad familiar. El matrimonio es parte del Plan de Dios para implantar la institución familiar en la tierra, y situaciones como el divorcio, el irrespeto, el abandono familiar, la infidelidad (tanto masculina como femenina) o el maltrato familiar, entre otras, son aberraciones dentro de dicho Plan, y acarrean la aplicación de la Justicia Divina en tu vida por ser infractor ante ese sagrado compromiso formal ante Dios sobre formar una familia. Se trata de un triángulo: el matrimonio, Dios y tú, donde el elemento más comprometedor es tu responsabilidad conyugal, porque el matrimonio como institución te brinda la oportunidad de unirte a tu pareja, Dios bendice esa unión, ¿y crees tú que no tienes responsabilidad en ese triángulo?.
Buscar a Dios al alba, es la mejor forma de empezar el día. Una breve "reflexión espiritual" te ayuda en ese objetivo, y es lo que te ofrece este blog, plasmando la cotidianidad en términos espirituales. Acompaña la lectura con una oración de fe, y ... verás excelentes resultados. Si deseas envía estas reflexiones como mensajes de texto a celulares de amigos. ¡Construímos una mejor sociedad, impactándola con el mensaje de Jesús!. Autor: ANGEL PAZ (Oct.8-2010)
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